Cada persona tiene un sabor como el olor personal.
El sabor de las personas lo podemos percibir a través de
nuestros botones gustativos (las estructuras en la lengua que contienen las
células receptoras) que son los que detectan las feromonas. Tenemos unos 10 000
que cada siete días mueren y son remplazados. El Dr. James V Kohl afirma que
“en la química sexual- detectada por el aparato bomeronasal- hay una importante
intervención de la lengua”. El gusto es otro factor clave asociado al mecanismo
sexual, no podemos percibir un sabor si no lo olemos. La química entre dos
personas se potencializa cuando mezclan su saliva, piel y fluidos. Es un
proceso inconsciente que parte del ritual de atracción. Provee un pronóstico de
la conexión química y cada persona, como sus feromonas, posee un sabor
irrepetible.
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