STONEHENGE
La aparición con el neolítico de nuevas creencias
religiosas, relacionadas con factores como la lluvia y el sol, esenciales para
la agricultura, pudo ser la causa de la construcción de megalitos, de menhires,
que pueden entenderse como mediadores entre el hombre y las fuerzas superiores
del cosmos. Aisladas o en grupo, estas construcciones monumentales hincadas en
tierra han despertado un gran interés entre los estudiosos y en un plano muy
diferente, entre los amantes de las ciencias ocultas. Uno de los ejemplos de
este tipo de edificación que más literatura han generado ha sido el santuario
de Stonehenge, un conjunto colosal de perímetro circular con estructuras
adinteladas que dibujan una planta de herradura con un altar en el centro. Está
formado por dos círculos, el mayor de los cuales, el exterior, tiene 32 metros
de diámetro. Por coincidir su orientación con la de la salida del sol en el
solsticio de verano, algunos investigadores piensan que se trata de un templo
solar vinculado a la idea de renacimiento y a la del sol como generador de
vida, mientras que otros consideran que se trata de un instrumento astronómico.
El
mundo del arte.
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