Destinada en principio a formar parte del
conjunto de la Puerta del infierno, esta hermosa escultura se ha convertido en
un símbolo de la pasión amorosa y el erotismo. Para realizarla, Rodin se
inspiró en el episodio de la Divina Comedia de Dante, que relata el amor
prohibido entre Paolo y Francesca una pareja que había vivido en Rimini hacía
el siglo XIII. Casada ella con el hermano de él, les arrebataron la vida cuando
intercambiaron su primer beso. El escultor, sin embargo, utiliza esta historia
como simple punto de partida para realizar una obra más universal en la que
elimina todo elemento descriptivo u ornamental. Su extraordinario éxito movió a Rodin a realizar numerosas versiones.
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