La autoestima es la capacidad de conocernos,
aceptarnos, valorarnos y amarnos a nosotros mismos; de esa manera podemos
defender nuestro derecho a estar sanos y vivir mejor. Si
en nuestra vida familiar las mujeres y los hombres sentimos que no se nos
reconoce ni valora, se deteriora la imagen que tenemos de nosotros mismos,
nuestra autoestima baja y nos consideramos inferiores e incapaces de merecer derechos,
cuidados y atenciones.
Para fortalecer nuestra autoestima, lo
primero que tenemos que hacer es reconocer nuestras cualidades y todo lo que
sabemos hacer, y también aceptar nuestros defectos para tratar de superarlos.
Valorándonos y sintiéndonos bien como personas, podemos luchar
por lo que deseamos, impedir que alguien nos maltrate, defender nuestras
opiniones y tomar nuestras propias decisiones.
Podemos darnos cuenta de que nuestra autoestima está bien
cuando:
Estamos orgullosos de nuestro trabajo (cualquiera que éste
sea).
Disfrutamos al empezar un nuevo día.
Reconocemos y apreciamos nuestros propios talentos.
Nos miramos al espejo y nos agrada lo que vemos.
Reconocer que de acuerdo con las creencias que tenemos de
ciertos aspectos de la vida, Será nuestra forma de actuar.
De ahí la importancia de revisar nuestras
creencias, con el fin de ir desechando aquellas que obstaculizan el camino
hacia nuestro desarrollo pleno como personas.
Es
fundamental que tratemos de cambiar aquellas costumbres o creencias que no nos
dejan desarrollarnos, pues esto nos permitirá:
Reflexionar
cuáles son las que afectan las distintas áreas de nuestra vida, principalmente aquéllas
que ponen en riesgo nuestra salud.
Educar
a nuestras hijas e hijos de manera distinta, es decir, sin enseñarles aquellas
Creencias
y costumbres que no ayudan a que las personas vivan mejor.
Tomar en
cuenta que a veces lo que no me gusta de mí o no valoro, es porque así lo he
aprendido o me lo han hecho creer.